domingo, 20 de febrero de 2011

Perforación con Lavado - Terreno.


Un procedimiento sencillo para hacer sondeos relativamente profundos en los depósitos de suelo es el lavado. En la fig. 5.2, se muestra la forma más rudimentaria del equipo necesario.


Se comienza la perforación hincando un tramo de ademe, con diámetro de 5 a 10 cm, a una profundidad de 1.50 a .0 m. Luego se limpia el ademe utilizando una broca de trépano sujeta al extremo inferior de un tubo de lavado que se introduce en el ademe. Se inyecta agua en el tubo de lavado, misma que sale a elevada velocidad por el pequeño agujero de la broca. Luego, el agua sube arrastrando fragmentos de suelo, a través del espacio anular entre el ademe y el tubo de lavado. Derrama en el extremo superior del ademe a través de una conexión en T en una cubeta, de la cual se bombea nuevamente, a través de una manguera al tubo de lavado, La conexión entre la manguera del agua y el tubo de lavado se hace por medio de una cabeza giratoria, de manera que el tubo de. lavado y el trépano puedan hacerse girar al subir y bajar en el suelo en el fondo del agujero. Esto facilita el corte. Se alarga el tubo de lavado y se hinca otro tramo de ademe conforme avanza la perforación. Sin embargo, si el material se sostiene sin derrumbarse, no es necesario prolongar el ademe más de 3 o 4.5 m abajo de la superficie del terreno.

Aunque este procedimiento ha sido reemplazado en gran parte por el uso de máquinas perforadoras montadas en camiones, permite penetrar en todos los suelos, menos en los estratos más resistentes. Como el equipo es sencillo y ligero, puede usarse en sitios relativamente inaccesibles, a los que no pueden llegar los caminos grandes y pesados. 


Figura 5.2. Aparato para hacer sondeos por lavado (según Mohr. 1943).

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