miércoles, 1 de junio de 2011

Excavaciones en Arcilla.


Cuando se efectúan grandes excavaciones en arcilla blanda, el peso del suelo vecino a sus bordes actúa como sobrecarga sobre el suelo situado al nivel del fondo de las mismas y se de- sai-rollan fuerzas laterales en el subsuelo. Si la profundidad llega a ser tan grande que se alcance la capacidad de carga del suelo correspondiente al fondo, son inevitables grandes movimientos, sin que importe el cuidado con que se hayan apuntalado los frentes del corte.

Si a poca profundidad bajo el fondo de la excavación existe un estrato firme, se reduce mucho la tendencia a la falla por falta de capacidad de carga. Los movimientos también pueden disminuirse hincando pilotes alrededor del contorno de la excavación, hasta que estén firmemente encajados en el estrato firme inferior. Estos pilotes se apuntalan conforme avanza la excavación.

Mediciones de campo han demostrado que el volumen de arcilla blanda que se mueve hacia dentro en los bordes de un corte, más el que se mueve hacia arriba en el fondo, equivale al volumen de asentamiento alrededor de la excavación. Por lo tanto, cualesquiera medidas que puedan tomarse para evitar movimientos laterales o bufamientos se reflejarán en una disminución de los asentamientos. Por ello, es aconsejable mantener apuntalamientos bien apoyados todo el tiempo, e insertar puntales tan pronto como sea posible al avanzar la excavación.

La excavación de pilas o el hincado de cajones en arcilla está asociada de la misma manera a pérdidas de suelo. El material bajo el fondo de la excavación en cualquier etapa sube hacia la misma. Si los costados permanecen sin apoyo, aun por corto tiempo, también pueden producirse movimientos laterales. Estos movimientos pueden no producir asentamientos apreciables alrededor de una sola perforación, pero el asentamiento acumulativo, debido a la excavación de muchas en un área pequeña puede ser de varios centímetros o decímetros.

Los asentamientos inevitables pueden reducirse eligiendo procedimientos de construcción que ocasionen menores pérdidas de suelo. En estos se incluyen el uso de tablestacas o de forros cilíndricos que eliminan las caras verticales expuestas. Si los movimientos son todavía demasiado grandes, la perforación puede llenarse con un líquido pesado y efectuarse la excavación por medio de un taladro mecánico o una broca rotatoria.
Pueden reducirse aun más, pero con grandes gastos, usando aire comprimido. Asimismo, pueden obtenerse resultados semejantes hincando tubos gruesos de acero de gran diámetro, extrayendo el suelo por dragado, con chiflones, o por un proceso de lavado semejante al usado para hacer sondeos, o por medio de un chorro de aire comprimido.

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