viernes, 13 de mayo de 2011

Extracción del Ademe - Pilas colocadas sin Molde.


Como el ademe es costoso frecuentemente se saca conforme se va colando el concreto. Este procedimiento, a menos que Se controle con el mayor cuidado, conduce a serios defectos en las pilas coladas. No debe intentarse si el concreto se colé con trompa de elefante. 

La operación se efectúa usualmente, sacando el ademe lentamente al irse colando el concreto, debiéndose mantener todo el tiempo el extremo inferior del ademe cuando menos a 1.50 m abajo de la superficie del concreto de la pila. Se necesitará una distancia mayor, si la presión del concreto va a ser menor que la ejercida por el suelo circundante o por el fluido de perforación. De lo contrario, el material circundante invadirá el concreto fresco o reducirá el diámetro de la pila, o el concreto ya no se apoyará firmemente contra el suelo. Fi ademe debe mantenerse vertical durante la extracción, para evitar que se mueva el refuerzo y que se mezcle el suelo con el concreto en los lados de la pila. Des pués de comenzar el colado, la extracción deberá hacerse dentro de una hora, antes de que el concreto adquiera su fraguado inicial. Si ocurre un retraso mayor que este periodo, ya no deberá extraerse el ademe y la porción que no se ha extraído todavía deberá cortarse.

Intervienen muchos factores para decidir si se extrae el ademe. Si el ademe se ha instalado en un agujero perforado con la ayuda de lodo, usualmente puede sacarse con facilidad. Por otra parte, si no se ha usado lodo habrá que girar el ademe para que se suelte; la adherencia entre el ademe y el suelo puede producir retrasos, e impedir. que el ademe se saque en forma regular. Entonces puede ser preferible insertar un forro delgado de acero corrugado en la perforación, colar el concreto, llenar el espacio entre el forro y el ademe con lechada o arena y finalmente sacar el ademe. Si la pila se prolonga a través del suelo hasta la roca en la que ha penetrado el ademe, es preferible dejar a este en la roca y cuando menos en la porción inferior del suelo. De acuerdo con algunos reglamentos de construcción, puede incluirse la resistencia del ademe de acero al calcular la capacidad de carga de la pila. Pudiendo entonces reducir el diámetro de la pila y la cantidad del refuerzo. Si la roca es capaz de soportar la mayor intensidad de la presión correspondiente al área de apoyo reducida, la ventaja económica de recuperar el ademe disminuye mucho. 

Algunos de los defectos más importantes de las cimentaciones en estos ultimos anos se han debido a los intentos para recuperar ademes durante el colado, especialmente en las pilas profundas. A menos que las condiciones sean razonablemente favorables y que la supervisión y control sean los mejores, la técnica debe evitarse. El costo del ademe puede resultar insignificante en relación con el costo del daño que puede hacerse con una pila defectuosa.

Colado - Pilas colocadas sin Molde.


En seco, normalmente se deja caer libremente el concreto desde la superficie del terreno.


Puede ocurrir una segregación perjudicial del cemento y el agregado, si el concreto cae contra los lados de la excavación; por lo tanto, si el diámetro es pequeño, usualmente se coloca un tubo vertical corto como guía en el centro de la perforación donde se introduce el concreto. 

Usualmente, solo se requiere vibración en los 2 6 3 m superiores de la perforación, en los que el impacto del concreto al caer es inefectivo. El refuerzo puede introducirse dándole la forma de una armadura cilíndrica por la cual puede caer el concreto libremente. El revenimiento del concreto depende de las dimensiones de la pila, de que haya ademe, de que sea necesario o no extraerlo y del refuerzo. En la mayor parte de los casos resulta adecuado un revemmiento de 15 cm, pero pueden usarse mayores en las pilas muy reforzadas y en las de diámetro pequeño, en las que haya que extraer el ademe.

La presencia de unos centímetros de agua en el fondo de la perforación de la campana, excepto que esté localizada en un pequeño sumidero, puede reducir apreciablemente la resistencia del concreto. Algunas veces se colocan sacos de cemento en el fondo para que absorban el exceso de agua antes de colar el concreto. 

Más de 5 cm de agua pueden causar la segregación del concreto. El agua sube arriba del concreto y el resto del mismo debe atravesarla. Es probable que ocurra una separación casi completa del cemento y los agregados, cuando la profundidad del agua sea de 15 cm o más. Por lo tanto, si es posible deberán taparse todas las fuentes del agua que pueda entrar.

Si no puede impedirse la entrada de agua, pero si el agua no sube más de 6 mm/minpuede excavarse cerca del centro un cárcamo de pequeña sección transversal, comparada con la base, y achicarse el agua por bombeo. Con el concreto listo, se saca la bomba tan rápidamente como sea posible y se introduce en la perforación una cantidad sustancial de concreto.

Si las filtraciones son demasiado grandes para que se pueda colar en seco, puede permitirse que el nivel del agua suba libremente hasta que llegue al equilibrio, siempre que el agua no transporte una cantidad perjudicial de material suelto a la perforación. Después de que se han tapado las filtraciones, el concreto debe colarse con trompa de elefante (Tremie), cuyo extremo debe quedar inicialmente a una distancia no mayor de 30 cm del fondo de la perforación. El embudo se va subiendo conforme se va colando el concreto, pero su extremo debe permanecer siempre 30 cm dentro del mismo.

Con este sistema, el concreto puede colarse también bajo el agua, en las pilas sin ademe llenas de lodo, pero en este caso deben emplearse técnicas refinadas y contratistas especialistas experimentados. El lodo debe recircularse despacio y limpiarse de fragmentos gruesos, hasta que toda la perforación esté llena con una suspensión tixótropa que impida la acumulación de material grueso en el fondo, antes de poder introducir el concreto con el embudo.

Formación de las Campanas - Pilas colocadas sin Molde.


No debe intentarse formar bocinas o campanas para la ampliación de la base de las pilas) a menos que el suelo sea lo suficientemente cohesivo para permitir que el techo no se desplome durante el tiempo entre la excavación, la limpieza del fondo y el colado del concreto dentro de la propia campana. Por la dificultad de satisfacer esta condición, en muchos lugares es preferible prolongar la pila recta hasta encajarla suficientemente en los materiales firmes para que pueda soportar la carga por fricción lateral.

Las campanas pueden excavarse a mano, como en el método de Chicago (fig. 13.1), pero generalmente se forman conectando un cucharón especial a la cabeza giratoria, en lugar de la barrena helicoidal. Este cucharón se ilustra en la fig. 13.lOe. Consta de un cilindro con dos cuchillas articuladas en el extremo superior, que se cierran dentro del cilindro cuando se hace descender el cucharón por la perforación. Cuando el cucharón llega al fondo de la perforación, se sacan las hojas por unas ranuras verticales del mismo; se hace girar el cucharón y el suelo que cortan las cuchillas cae dentro de él. Después de unas cuantas revoluciones, las cuchillas se retraen y el cucharón se eleva y se vacía. El procedimiento se repite tantas veces como sea necesario. En comparación con el tiempo requerido para la perforación, el de la formación de la campana es bastante largo. Como la tendencia en cualquier excavación sin apoyo es licuarse o caerse con el tiempo, las condiciones del suelo para formar un agujero con campana deben ser generalmente más favorables que cuando solamente se hace la perforación.

Si la campana se derrumba, la perforación deberá profundizarse a un nivel en el que se pueda formar otra, o a otra profundidad mayor, suficiente como para que puedan soportarse las cargas sin ampliación. Si las condiciones del suelo no permiten utilizar estas alternativas, deberá modificarse el proyecto de cimentación. 

En algunos casos, como alternativa, se hacen dos pilas que se unen con una contratrabe para soportar la carga de la columna. Ocasionalmente, es necesario recurrir a los pilotes.

Excavación - Pilas colocadas sin Molde.


El equipo de perforación se ha descrito brevemente. Si los agujeros se mantienen abiertos y permanecen secos hasta que se ha terminado de colar el concreto, construirse rápida mantenerlos abiertos. En algunos casos, el terreno puede convertirse, de material potencialmente inestable, en estable, desaguándolo o inyectándolo. Si, por ejemplo, la inestabilidad de las paredes se debe a zonas permeables sin cohesión, puede ser posible arenar todo el emplazamiento de la obra, haciendo descender el nivel del agua freática a uno inferior al del fondo de las perforaciones. Luego, éstas pueden excavarse en seco y el ademe puede no ser ya necesario. Si solamente hay unas cuantas de estas, zonas y sus posiciones están, bien definidas, algunas veces pueden estabilizar- se con inyecciones  antes de perforar, aunque la posibilidad de que las inyecciones resulten incompletas introduce gran incertidumbre en el procedimiento.

Con mucho, el método más usado para perforar cuerpos de pila que de otra manera serían inestables consiste en el uso de lodos semejantes al de perforación. El líquido espeso impide la entrada del agua y de los materiales adyacentes.

Según sean las circunstancias, el lodo puede usarse solo o en combinación con ademe. La fig. 13.10 ilustra condiciones que se encuentran frecuentemente y representa los pasos que se siguen en la per foración en un suelo cohesivo, adecuado para hacer perforaciones en seco, excepto en una zona de suelos sin cohesión sumergido, que se derrumbaría. La perforación se hace en seco hasta la zona de derrumbes (flg. 13.10a).

Antes de penetrar en esa zona, se llena con tierra, bentonita y agua, en tales proporciones, que se forme un líquido espeso, viscoso, que se mezcla haciendo girar la barrena, subiéndola y bajandola simultaneamente. Cuando el líquido adquiere la consistencia adecuada, se atraviesa la zona sin cohesión (fig. 13.10b) en la forma usual, por medio de la barrena, El lodo estabiliza las paredes del agujero, impidiendo la entrada de agua subterránea, e imparte suficiente cohesión al suelo que se perfora para permitir ex- traerlo con la barrena. Al ir profundizando el agujero, se añade lodo para mantener su superficie cerca del nivel del terreno. Cuando se ha pasado el manto que se derrumba, se inserta un ademe, (fig. 13.10c). El ademe es usualmente un solo tramo de tubo de diámetro interior ligeramente mayor que el diámetro de la barrena; se apoya en el suelo cohesivo inferior haciéndolo girar (fig.5.4) y empujándolo simultáneamente hacia abajo. Luego se saca el lodo del agujero y se sigue perforando en seco (fig. 13.10d).

Con el suelo en estas condiciones, toda la perforación podría relizarse con el lodo y sin ademe. Sin embargo, como el agujero se derrumbaría si se extrae el lodo y no se inserta el ademe, el concreto necesariamente se colaría en el agujero lleno de lodo, por los métodos de colado bajo el agua que se describirán en el siguiente subtítulo. Este procedimiento se ha usado frecuentemente en Europa. En Norte América, por otra parte, después que se ha hecho la perforación estando llena de lodo, es más usual insertar un ademe con un diámetro unos cuantos centímetros menor que la perforación, para apoyarlo en el fondo y extraer el lodo. El fondo puede estar entonces completamente seco. El delgado anillo de lodo que queda entre el ademe y las paredes de la perforación, impide o reduce el movimiento del material circunvecino hacia la misma. Si la perforación termina en roca sobrepuesta por material permeable o que contenga juntas permeables cerca de su superficie, algunas veces se hinca por rotación en la roca un ademe pesado con dientes de acero endurecido llevándolo algunos decímetros dentro de la formación, hasta que se forma un cierre hermético que impida el paso del agua. La parte inferior del ademe se deja en el lugar. Si no se impiden las filtraciones, el fondo puede sellarse algunas veces con inyecciones a presión.



Figura 13.10 Etapas en la construcción de una pila a) Excavación en seco en suelo cohesivo que no se derrumba b) Perforación a través de suelo sin cohesión con la ayuda de lodos c) Colocación del ademe d) Perforación en seco en suelos cohesivos, tras sellar el ademe e) Excavación de  la campana

Pilas Coladas sin Molde.


Importancia de las condiciones del subsuelo. La decisión de usar pilas coladas sin moldes, en mucho mayor medida que la de usar zapatas o losas, requiere un cuidadoso estudio de las condiciones para la construcción existentes en el lugar. El comportamiento de estas pilas está determinado, cuando menos, tanto por el éxito con que se efectúen las operaciones de construcción, como por las características carga- asentamiento de los terrenos adyacentes y subyacentes. Detalles, como la presencia de cantos o boleo que interfiera con la perforación, la presencia o falta de la ligera cohesión necesaria para evitar el derrumbe de las paredes de la perforación o de la campana, o la concentración de filtraciones pequeñas en zonas permeables ocasionales pueden tener un efecto decisivo en las posibilidades de formar una pila satisfactoria y económica.

El agua freática influye muy especialmente en la determinación de la dificultad y, por lo tanto, en el costo de construcción de la pila. Las filtraciones, aun en pe queñas cantidades, pueden requerir lodos de sostenimiento o ademes, para permitir el avance de la perforación sin derrumbes; puede dificultar la preparación del fondo; puede producir dificultades en el colado y daños en el concreto fresco, si se quita el ademe.

El tipo de suelo es mucho menos importante. En arcillas duras, en las arenas cementadas sobre el nivel freático) y en roca blanda, las perforaciones pueden ejecutarse rápidamente y esperarse que sus paredes se sostengan sin apoyo, hasta que se cuele el concreto. Las campanas pueden labrarse fácilmente. Sin embargo, en cualesquiera otras condiciones, deben tomarse medidas para estabilizar las paredes. Estas condiciones incluyen, en orden creciente de dificultad de construcción, suelos relativamente impermeables que contengan capas o lentes de material sin cohesión, con agua, que tienda a fluir a la perforación; arcillas y limos que puedan fluir hacia la misma, y la mayor parte de los materiales granulares húmedos con suficiente cohesión aparente para proporcionar apoyo a las paredes de la perforación, pero con acumulaciones de materiales gruesos menos cohesivos; suelos sin cohesión, perfectamente secos situados arriba del nivel freático y suelos sin cohesión abajo del nivel del agua freática. En todos los tipos de suelos, las condiciones para la estabilidad de las campanas son menos favorables que para los muros de la perforación.

El programa de exploración del subsuelo puede requerir varias etapas antes de completar el proyecto final de una cimentación con pilas. Los sondeos iniciales deben permitir hacer un estudio detallado de la estratigrafía, dando atención especial a la presencia de mantos sin cohesión o lentes de cantos, boleo, o zonas cementadas, y a la posición del nivel freático. La entrada del agua freática a cualquier nivel en un sondeo que se estuviese desarrollando en seco, o el derrumbe de las paredes del agujero, merecen especial atención. Los sondeos preliminares deben proporcionar suficiente información para poder decidir si resulta adecuada la construcción de las pilas, y para determinar su profundidad y dimensiones probables. Si se adoptan tentativamente las pilas para usarse en la obra, deberán hacerse más sondeos para definir los problemas de construcción que puedan encontrarse. Las condiciones del agua freática cerca de la base de las pilas, o en la vecindad de las campanas propuestas, deben explorarse cuidadosamente, utilizando técnicas como la de llenar con agua los agujeros cuando llegan a profundidades criticas, y observar la rapidez con que baja su nivel. Cuando menos algunos de los sondeos deben convertirse en pozos de observación. Finalmente, en trabajos grandes o potencialmente difíciles, puede convenir excavar una o más perforaciones definitivas de pila, con el equipo que se vaya a utilizar en el trabajo. La movilidad de los equipos de perforación modernos permiten utilizar la cimentación puede y económicamente. De este procedimiento fácil y económicamente. Las perforaciones de prueba facilitan la preparación de especificaciones realistas y el dar a los postores una idea clara del trabajo que se va a ejecutar. Si aún en esta tardía etapa del proyecto, los resultados demuestran que las condiciones son desfavorables, puede cambiarse el tipo de cimentación antes de hacer los documentos finales del contrato.






miércoles, 11 de mayo de 2011

Cajones - Construcción de Pilas.


Si la superficie del terreno queda arriba del agua, la construcción de un cajón puede empezarse directamente arriba del área donde va a quedar situada su base. Si el nivel del terreno queda debajo del agua, la parte inferior del cajón puede construirse en cualquier otra parte, llevarse flotando a su lugar, y hundirse (fig. 13.7a). Como alternativa, puede hincarse un anillo de tablestacas para formar un recinto en el que se construye una isla de arena. El cajón se comienza a hincar en la arena, como si la superficie del terreno estuviera arriba del nivel del agua freática (fig. 13.7b).

Los cajones abiertos, usualmente se hincan por dragado. Por lo tanto, deben estar provistos de varios pozos que se prolonguen de extremo a extremo, por los cuales pueda hacerse el dragado. Los pozos deben ser lo suficientemente grandes como para permitir el fácil paso de los cucharones para excavar, pero al mismo tiempo, lo suficientemente chicos para que sus paredes tengan el peso necesario para hundirlos. En los cajones pequeños se deja un único pozo central. En los cajones grandes se usan varios. Una de las pilas para el puente sobre el Río Tajo, en Portugal, alcanza la profundidad récord de 80 m abajo del nivel del agua. Se construyó por medio de un cajón abierto para dragado que contenía 28 pozos. El peso de los cajones debe ser siempre suficiente para contrarrestar la fricción lateral contra la estructura. En algunos casos, deben añadirse cargas y usarse chiflones para obligar a bajar el cajón. Cuando éste ha llegado a su posición final, se sella el extremo inferior con concreto colado bajo el agua, con el procedimiento de trompa de elefante.

Los cajones neumáticos (fig. 13.8) se usan para profundidades entre 12 y 34 m.


El aire comprimido impide que entren en la cámara de trabajo el lodo y el agua. La camara de trabajo tiene usualmente una altura de 2 m, y en el techo aberturas para el paso de hombres y materiales. Las aberturas están protegidas por esclusas de aire. El uso de cajones neumáticos permite quitar los troncos enterrados, boleo grande, etc., que pueda encontrar la cuchilla. El desplante de la cimentación puede prepararse cuidadosamente y el concreto puede colarse en seco. Por otra parte, el costo de construcción es relativamente grande, en comparación con el dragado. Además, la profundidad está limitada por la presión del aire con la que los obreros puedan trabajar. Al aumentar la presión del aire, el tiempo de la jornada de trabajo debe reducirse. Se experimentan pocas molestias fisiológicas a presiones superiores a la atmosférica hasta de 2 kg/cm2 y a esa presión pueden sostenerse las jornadas normales, A presiones tan altas como 3 kg/cm2, la duración de las jornadas de trabajo tiene que reducirse a 1 ó 2 horas y se necesitan periodos largos para decompresión


La fig. 13.9 muestra una pila típica para un puente de ferrocarril. La cimentación es un cajón de 29 m de altura. El cajón se hincó por dragado al aire libre hasta la elevación de la lutita laminar dura, donde se convirtió al tipo neumático. Se hincó en la lutita para obtener un buen asiento en el fondo. Este procedimiento combinó la economía del dragado a cielo abierto con la seguridad y exactitud del proceso neumático. 

Figura 13.7  Sección transversal de cajones abiertos típicos a) Del tipo flotante b) constricción en islas de arena.


Figura 13.8  Sección de un cajón neumático típico.


Figura 13.9 Pila para puente de ferrocarril entre Milwaukee y Rock Island en la ciudad de Kansas

Ataguías - Construcción Pilas.


Cuando se van a construir en agua las pilas, y la profundidad de ésta no excede de 2 6 3.0 m, pueden construirse ataguías hechas de tablestacas de madera. Las tablestacas pueden tener una de las diversas formas mostradas en la fig. 13.3. Se hincan alrededor del área en que se va a extraer el agua y se apuntalan cerca del nivel del agua por medio de largueros y puntales. Las partes inferiores de las tablestacas se apoyan en el suelo en el que se hincan. 


 
Figura 13.3  Tipos de tablestacas de madera usadas en ataguías en aguas somera a) Wakefield b) Machihembrada c) De caja y espiga.

Figura 13.4  Ataguía de tablestacas de acero de muro simple. Apuntalada.

Para mayores profundidades, las tablestacas de madera resultan inadecuadas, y el recinto se forma usualmente con tablestacas de acero. Uno de los tipos más sencillos de ataguías consiste en un espacio rodeado de tablestacado con apuntalamiento interior (fig. 13.4). Las tablestacas se hincan hasta que sus extremos inferiores se encajan y se sellan, en el suelo inferior. Ordinariamente, se prolongan cuando menos a toda la profundidad que va a tener la pila. Antes de achicar el agua de la ataguia, se instala un conjunto de puntales, precisamente arriba del nivel del agua. Luego se hace descender dicho nivel hasta que llegue al correspondiente a otro conjunto de puntales. Se continúan los descensos sucesivos del nivel del agua y la instalación de apuntalamientos hasta que se agote el agua, después, el resto de la excavación se hace completamente en seco. Con frecuencia se prefabrican varios juegos de apuntalamientos, que se colocan simultáneamente en la ataguía y que se ponen en posición con la ayuda de buzos, antes de achicar la ataguía. Una de las principales dificultades de las ataguías de pared sencilla es la filtración a través de los empalmes de las tablestacas, especialmente al principio del desagüe. Frecuentemente, se acumulan cenizas, u otros materiales por el lado exterior de la ataguía para tapar las fugas. Al descender el nivel del agua, las tablestacas se inclinan hacia adentro y sus empalmes se hacen más impermeables. Si la profundidad de la ataguía llega a ser muy grande, puede resultar impracticable abatir el nivel del agua lo suficiente sin, riesgo de provocar falla de fondo. Mediante dragado pueden hacerse excavaciones mucho más profundas bajo el agua. En ese caso se cuela en el fondo un tapón de concreto lo suficientemente pesado para resistir la subpresión antes de desaguar la ataguía.

Para excavaciones grandes bajo tirantes de agua de no más de 6 m, frecuentemente se hinca una sola pared de tablestacas y se apuntala con bermas de tierra (fig. 13.5a). Las corrientes del agua atacan fácilmente a las ataguías de este tipo y usualmente deben protegerse en sus frentes exteriores con enrocamiento. La ataguía de doble pared de tablestacas (fig. 13.5b) resulta adecuada para tirantes de agua mayores. Consiste en dos hileras de tablestacas conectadas por tirantes. El espacio entre las tablestacas se llena con roca o suelo.

Figura 13.5 a) Ataguía de muro simple protegida con terraplenes b) Ataguía de muro doble.

Cuando la profundidad del agua es muy grande, se usan ataguías de tablestacas celulares. Las dos formas principales se muestran en la fig. 13.6. Cada celda se llena de roca o de grava. El tipo circular tiene la ventaja de que cada celda es independientemente estable. Por lo tanto, durante la construcción, la ataguía es casi invulnerable a las avenidas repentinas o a las tormentas. En las pilas de los puentes pequeños, las celdas se hacen lo suficientemente grandes para que abarquen toda la cimentación. Como estas celdas no pueden llenarse, las tablestacas deben apoyarse en anillos circulares.


Figura 13.6 ataquías celulares a) Del tipo de diafragma b) de tipo circular.

Pilas Construidas en Perforaciones Ademadas y en Perforaciones Cilíndricas.


En otro tiempo se usaron perforaciones excavadas a mano con ademe de madera y todavía pueden usarse con ventaja, especialmente en las cimentaciones. El método mejor conocido se originó en Chicago en 1892 (General Wm. SooySmith, Stock Exchange). Es particularmente adecuado para arcillas sin inclusiones de agua. En el método de Chicago, se hace una perforación circular de cuando menos 1 m de diámetro, a mano, con una profundidad que varía de 0.5 a 2 m, lo que depende de la consistencia de la arcilla. Se ademán luego las paredes del agujero con tablas verticales, conocidas como forro. El forro se mantiene en su sitio por medio de dos anillos circulares de acero (fig. 13.1). Luego se continúa la excavación, hasta que se instalan otras tablas de forro y amilos. Cuando el agujero llega al estrato en el que se van a apoyar las cimentaciones, puede ampliarse el fondo o acampanarse para aumentar el área de apoyo. Los anillos y las tablas del forro se dejan en su lugar cuando el agujero se llena de concreto.

Figura 13.1. Método Chicago para hacer excavaciones para pilas.

En Kansas City desde 1890, se construyeron pilas de cimentación con profundidades mayores de 15 m y de 1.40 de diámetro que atravesaron material de relleno y arcilla hasta una caliza; se construyeron en perforaciones hechas con herramientas mecánicas y ademadas (L. Curtis, City Hall). En el siguiente medio siglo, se hicieron intentos semejantes, pero en la actualidad, la mayor parte de las pilas que pasan a través o penetran en suelos cohesivos, se excavan por medio de máquinas montadas en camiones o en orugas (fig. 13.2), equipadas con barrenas rotatorias o cangilones provistos de cuchillas. Por medio de este procedimiento se han hecho agujeros de 0.30 a 3.50 m, a profundidades que sobrepasan los 30 m. Existen varios aditamentos para ampliar los fondos de las excavaciones en suelos duros, o para perforar en la roca. Cuando las perforaciones se llenan directamente de concreto, se llaman pilas coladas en el lugar sin moldes.


Figura 13.2. Perforadoras montadas en orugas sacudiendo el suelo de la barrena después de haber excavado un agujero de 1 .2 m de diámetro.

Si las condiciones del subsuelo son tan desfavorables que no permitan la instalación de cimientos por cualquiera de los métodos descritos en los párrafos anteriores, pueden instalarse tubos de acero de gran diámetro por un procedimiento en que se combinen los métodos de hincado de pilotes y los de excavación abierta. Los tubos se hincan con los extremos abiertos, unos cuantos metros cada vez y se limpian por medio de chorros de aire, de agua, o herramientas de cable semejantes a las que se usan en la perforación por percusión. Estas perforaciones casi siempre se llevan hasta la roca. 

Comúnmente se continúan algo en ella por percusión o por rotación, antes de limpiar finalmente el agujero y de llenarlo con concreto. Las pilas formadas por este método son caras, pero usualmente pueden soportar cargas muy elevadas y ser instaladas en casi todas las condiciones del subsuelo. El desarrollo de las pilas de tubo de gran diámetro, ha reducido mucho los casos en que podrian haberse empleado los métodos con aire comprimido.

Métodos de Construcción de Pilas.


Generalidades. Los métodos para construir pilas se dividen en dos grupos principales. En uno, se excava un agujero hasta el nivel de desplante de la cimentación y se construye la pila dentro del mismo. Usualmente, los lados de la excavación deben ademarse y apuntalarse para evitar el derrumbamiento. Estas perforaciones se dicen ademadas o entibadas, lo que depende de que el ademe se forme con forros metálicos cilíndricos o sea de tableros o de tablestacas. Algunas veces, se estabiliza la perforación por medio de un líquido espeso en vez de ademe. Si la superficie del terreno está debajo del agua, la estructura que encierra el terreno que va a ocupar la pila se llama ataguía. Bajo la protección de la ataguía se hace la excavación hasta el nivel deseado y se construye la pila.


El otro método para construir pilas es utilizando cajones. Los cajones son cajas o cilindros que se hincan hasta su posición y constituyen la parte exterior de la pila de cimentación terminada. Para facilitar el hincado, el borde inferior del cajón está provisto de una cuchilla. El material que está dentro del cajón se extrae por dragado a través de la abertura en su extremo superior, o excavando a mano. El extremo inferior del cajón puede construirse formando una cámara hermética y llenarse con aire comprimido para expulsar el agua de un espacio en el que los obreros puedan trabajar. Este procedimiento se conoce con el nombre de método del aire comprimido y permite quitar los obstáculos que quedan debajo de la cuchilla y facilita la limpieza del fondo de la excavación. Sin embargo, es un riesgo para la salud de los trabajadores y debe evitarse cuando sea posible.








Pilas de Cimentación.


Definiciones.- En la ingeniería de cimentaciones el término pila tiene dos significados diferentes. De acuerdo con uno de sus usos, una pila es un miembro estructural subterráneo que tiene la función que cumple una zapata, es decir, transmitir la carga a un estrato capaz de soportarla, sin peligro de que falle ni de que sufra un asentamiento excesivo. Sin embargo, en contraste con una zapata, la relación de la profundidad de La cimentación al ancho de la base de las pilas es usualmente mayor que cuatro, mientras que para las zapatas, esta relación es comúnmente menor que la unidad.


De acuerdo con su segundo uso, una pila es el apoyo, generalmente de concreto o de mampostería para la superestructura de un puente1 Usualmente, la pila sobresale de la superficie del terreno, y comúnmente se prolonga a través de una masa de agua hasta un nivel superior al de las aguas máximas. De acuerdo con esta definición, puede considerarse la pila en sí, como una estructura, que a su vez debe estar apoyada en una cimentación adecuada. Para evitar confusión, se usará el término de cuerpo de la pila para la parte que queda arriba de la cimentación. La base de ese cuerpo puede descansar directamente en un estrato firme, o puede estar apoyada en pilotes, o sobre varias pilas de cimentación, como se definió en el párrafo anterior. Un cuerpo de pila, situado en el extremo de un puente y sujeto al empuje de la tierra, se denomina un estribo.


No existe una clara diferencia entre las pilas de cimentación y los pilotes. Los tubos de acero de gran diámetro que se hincan con el extremo inferior abierto, que se limpian después y se llenan de concreto, pueden en realidad considerarse como pilas o como pilotes. Los mismos tubos pueden considerarse como ademes o como cajones o cilindros de cimentación. La terminología a este respecto difiere mucho en las diferentes localidades.

domingo, 8 de mayo de 2011

Asentamientos en las Cimentaciones Piloteadas.


La capacidad de un pilote aislado cuando se carga individualmente no solamente puede ser diferente de su capacidad cuando se cargan todos los pilotes de un grupo, sino que toda La relación de la carga al asentamiento puede ser sorprendentemente diferente. En consecuencia, los asentamientos de los grupos de pilotes no pueden, en general, predecirse apoyándose en una prueba de carga de un pilote. Además, si debajo de la cimentación de pilotes queda, aunque sea a mucha profundidad, un depósito compresible, toda la cimentación puede sufrir asentamientos, debido a la consolidación de ese estrato, aun cuando los pilotes individuales no se muevan separadamente con respecto al suelo en que se han hincado. El dejar de reconocer esta posibilidad ha producido ejemplos espectaculares de asentamientos excesivos e imprevistos.

Grupos de Pilotes.


En el desarrollo anterior solamente se ha tratado el comportamiento de los pilotes individuales. Sin embargo, los pilotes casi nunca se usan así, sino combinados, formando grupos o conjuntos. Los cambios en las condiciones de esfuerzo, así como las alteraciones en la consistencia y compacidad relativa, asociados al hincado de los pilotes anteriores puede tener una influencia apreciable sobre el comportamiento del resto de los pilotes, no sólo durante el hincado, sino también durante el tiempo en que están sosteniendo las cargas a que se sujeten. El comportamiento de un grupo de pilotes puede no estar relacionado directamente al de los pilotes aislados, sujetos a la misma carga por pilote en el mismo depósito.

De particular importancia son las contribuciones relativas de la fricción lateral y de la punta, para la capacidad total de un solo pilote que llega a un estrato firme, en comparación con las contribuciones correspondientes en un grupo de pilotes que llegue al mismo estrato. Cuando se carga un sólo pilote, como en una prueba de carga, una gran parte de su apoyo puede deberlo al suelo que está a lo largo de su fuste, por fricción lateral, aunque el suelo sea relativamente débil y compresible. Si el mismo pilote tiene muchos vecinos, a los que el suelo que lo rodea proporciona apoyo, el esfuerzo acumulado en todo el bloque de suelo en que está encajado el grupo puede tender gradualmente a comprimir el suelo y, por lo tanto, permitir que los pilotes se hundan, cuando menos ligeramente, con lo que una porción mayor de la carga se transmite directamente de los pilotes al estrato firme. 

En los grupos grandes, la mayor parte de la carga puede, tarde o temprano, quedar apoyada en la punta, cualquiera que sea la magnitud de la fricción lateral, que haya podido desarrollarse a elevaciones mayores alrededor de un solo pilote en una prueba de carga.

Bajo otras condiciones del subsuelo, surgen otras diferencias entre la acción de los pilotes aislados y los grupos de los mismos o la cimentación completa.

Pruebas de Carga en los Pilotes.


Las diversas variables que influyen en el comportamiento de un pilote bajo carga y la naturaleza compleja de los fenómenos envueltos, han llevado a la técnica de efectuar pruebas de carga en uno o más pilotes en el lugar de las obras importantes. Los pilotes de prueba, deben ser preferentemente del mismo tipo, e hincados con el mismo equipo, y con los mismos requisitos que se
pretenden establecer en la obra. En a1guno casos, se investigan algunas alternativas que permitan refinar el proyecto.

Todos los detalles pertinentes del equipo y del procedimiento se registran durante el hincado del pilote de prueba, incluyendo los golpes para una penetración dada, preferentemente en toda la longitud de hincado. Cualquier interrupción en el hincado, como por descompostura del equipo o para empalmar el pilote, debe anotarse.

La carga se aplica usualmente en incrementos por medio de un gato hidráulico apoyado contra un peso muerto o contra un yugo sujetado a un par de pilotes de anclaje, fig. 12.7. A cada incremento, se observa el hundimiento de la cabeza del pilote en función del tiempo, hasta que la rapidez del hundimiento sea muy pequeña. Se aplica luego otro incremento. Al aproximarse a la capacidad de carga, el tamaño de los incrementos se disminuye, con objeto de poder apreciar más precisamente cuando se llega a la capacidad de carga del pilote. Se mide la altura de la cabeza del pilote cuando se quita la carga.

En la fig. 12.8, se muestran los resultados de una prueba de carga típica, en la que la carga total se dibuja en función del hundimiento de la cabeza del pilote. La curva a representa un pilote que se deslizó o hundió súbitamente, cuando la carga alcanzó un valor definido llamado carga última o capacidad del pilote. Por otra parte, las curvas b y c no muestran quiebres bien definidos; en consecuencia, la determinación de la carga máxima del pilote es en cierto grado cuestión de interpretación. Un procedimiento razonable (Davisson, 1972) que considera las variables importantes se ilustra en la figura. La deformación elástica del pilote se calcula por medio de la expresión PL/AE, y se dibuja en el diagrama de carga-asentamiento como línea 00’; para la mejor interpretación, las escalas del diagrama deben elegirse de manera que la pendiente de 00’ sea aproximadamente de 20°. La línea auxiliar CC’ se dibija paralela a 00’, con una intersección en el eje de los asentamientos igual a (0.381 + 0.833 d) cm, en la que d es el diámetro del pilote en m La intersección es una medida del asentamiento en la punta, necesario para que adquiera la capacidad. La carga última se define como aquélla en la que la línea CC’, corta a la curva carga- asentamiento. Este criterio es aplicable a los registros de carga-asentamiento obtenidos de pruebas en las que cada incremento de carga se sostiene durante períodos que no excedan de 1 hr. Sin embargo, los registros de carga-asentamiento basados en periodos de espera de 24 hr o más largos resultan demasiado conservadores, pues dan tiempo
a que se desarrollen efectos de creep o asentamientos por consolidación, que pueden llegar a ser porciones importantes del total. 

 Figura 12.7 Instalación para hacer una prueba de carga sobre un pilote, usando pilotes de anclaje.

Los procedimientos detallados para efectuar pruebas de carga y para deducir de ellas las capacidades últimas o las cargas de trabajo, han sido estandarizados por varias organizaciones (ASTM D-1 143) y se han incorporado a varios reglamentos de construcción. Algunos de los procedimientos son bastante elaborados. 

Figura 12.8 Resultados típicos de prueba de carga en a) pilote de fricción b) pilote de punta c) pilote mixto.

El costo de una prueba de carga depende en gran parte de su duración, especialmente si el trabajo se retrasa mientras se esperan los resultados. Las especificaciones en que se requiere se mantenga la carga final (que usualmente es igual al doble de la carga de proyecto) durante varios días, rara vez se justifican. En la mayor parte de los casos, el funcionamiento bajo el doble de la carga de proyecto en 24 hr o más, puede juzgarse aplicando 2.25 veces la carga de proyecto durante 1 hora.

Una prueba de carga puede proporcionar datos con respecto a las características carga-asentamiento y de capacidad de un pilote, solamente en el tiempo y bajo las condiciones de la prueba. Numerosos factores pueden conducir a un comportamiento diferente de un pilote semejante, cuando esté colocado debajo de una estructura real. Este tema se tratará en el siguiente subtítulo y, con más detalles, en la Parte C. Además de la información que una prueba de carga proporciona con respecto a la validez de las suposiciones hechas en el proyecto, también proporciona una comprobación útil y frecuentemente necesaria sobre la bondad del equipo y de los procedimientos que se usan en el campo durante la construcción.

Comportamiento de los pilotes con cargas verticales - Pilotes Individuales.


Los pilotes se clasifican comúnmente en pilotes de punta y de fricción. Los pilotes de punta obtienen casi toda su capacidad de carga de la roca o suelo que está cerca de la punta, y muy poca del suelo que rodea su fuste. Por otra parte, un pilote de fricción adquiere su capacidad de carga principalmente del suelo que lo rodea, por la resistencia al corte que se desarrolla entre el suelo y el pilote. El suelo que está cerca del extremo inferior del pilote soporta un porcentaje muy pequeño de la carga.


En contraste con las condiciones relativamente sencillas de apoyo que implica la clasificaci6n de los pilotes en estas dos categorías, La manera en que realmente están apoyados no es tan sencilla. Por ejemplo, en muchos casos que presenta la naturaleza, la rigidez o compacidad relativa del subsuelo, aumenta en general con la profundidad. Los pilotes pueden hincarse a través de las capas blandas superiores y a través de los mantos progresivamente más duros hasta alcanzar la capacidad necesaria. Estos pilotes obtienen una parte apreciable de su apoyo del material que los rodea, especialmente en la porción inferior de su longitud, pero también pueden obtener un apoyo considerable, de la capacidad de carga en su punta.

Una de las decisiones técnicas más importantes en conexión con cualquier trabajo en el que vayan a usarse pilotes, es la elección del tipo más apropiado para las circunstancias particulares de cada caso. Intervienen muchos factores para llegar a la decisión final, incluyendo el comportamiento durante el hincado. Por lo tanto, parece improbable que puedan formularse reglas definidas sencillas que proporcionen una guía segura al ingeniero inexperto. Sin embargo, poseer un concepto claro de la manera en que los pilotes de las diferentes características transmiten su carga al suelo bajo condiciones de trabajo, es una valiosa adquisición que puede servir de base para el desarrollo de un buen criterio a medida que el ingeniero acumula la experiencia.
A los pilotes de punta rodeados de suelo, algunas veces se les considera erróneamente como columnas libremente apoyadas sin que el suelo que las rodea les dé apoyo lateral. Sin embargo, tanto la experiencia como la teoría han demostrado ampliamente que no existe peligro de flexión trasversal en un pilote de punta, de las dimensiones convencionales, cargado axialmente por soporte lateral inadecuado, aunque esté rodeado por los suelos más blandos. Por lo tanto, los esfuerzos en esos pilotes, bajo las cargas de trabajo, pueden tomarse como las de los materiales de que están hechos cuando se sujetan a compresión directa. En los pilotes cuya sección disminuye con la profundidad, la sección crítica está en la punta. Los esfuerzos de trabajo en el concreto colado en el lugar, no deben exceder de 0.25 a O.33fc’, siendo fc’ la resistencia a la compresión simple del concreto a los 28 días, medida en cilindros. La parte inferior del intervalo de valores debe usarse en los pilotes en los cuales el colado del concreto sea difícil; es decir, cuando la punta sea de diámetro pequeño, las paredes laterales del forro contengan irregularidades, se requiera refuerzo, o el pilote sea inclinado. En los pilotes preesforzados debe dejarse un margen para la cantidad de preesfuerzo. Los esfuerzos de trabajo en las puntas de los pilotes de acero se limitan ordinariamente a 900 kg/cm2.

Para tener la seguridad de obtener la resistencia necesaria en el concreto de los pilotes colados en el lugar, debe controlarse el revenimiento entre los límites de 7.5 y 15 cm o más. Para los tubos lisos hincados verticalmente, es conveniente un revenimiento de 9 cm; por otra parte, en un pilote inclinado, o en un pilote vertical con forro corrugado o con refuerzo, el revenimiento debe ser de 15 cm cuando menos.
Una vez que se ha satisfecho el requisito de que el material de la punta no se sujete a esfuerzos excesivos, la capacidad de un pilote de punta, depende completamente de la capacidad del material sobre el cual la punta encuentra apoyo y del grado en que la punta tenga un asiento satisfactorio sobre o dentro del material resistente. Si el estrato resistente no es extremadamente rígido, como lo sería una roca sana o una toba firmemente cementada, sino en contraste, se trata de un depósito de gran espesor, pero no demasiado resistente, es conveniente considerar dos tipos de pilotes. Un pilote con punta de pequeño diámetro, pero de un tipo capaz de transmitir los esfuerzos de hincado a la punta sin excesiva pérdida de energía, es probable que penetre mucho en el estrato firme, y desarrolle una alta capacidad combinando el apoyo directo de la punta con una fricción intensa en la zona embebida. La contribución de la fricción se aumentaría mucho, si la parte inferior del pilote tuviera una conicidad uniforme.

La otra alternativa, si el estrato de apoyo no es excepcionalmente firme, es un pilote con una punta muy grande. La punta puede ser una placa o de concreto precolado, o bien tener la forma de una ampliación o pedestal, hecho inyectando concreto fresco en el suelo blando que quede directamente arriba del estrato de apoyo. La capacidad de tal pilote no puede aumentarse por ningún efecto de cuña, porque la penetración del pilote en el estrato resistente, está gobernada enteramente por la capacidad y compresibilidad del suelo sobre el cual se apoya el propio pilote. Los pilotes de punta acampanada son más útiles en los materiales granulares sueltos; son también adecuados, si el estrato resistente es muy firme pero tan delgado que los pilotes de pequeño diámetro pueden atravesarlo.

El término pilote de fricción es algo incorrecto, ya que implica que las fuerzas de corte entre el pilote y el suelo, provienen necesariamente del rozamiento; pueden provenir también de la adherencia. En cualquier caso, la capacidad de los pilotes de fricción depende de las características del material que rodea al pilote.

Por lo tanto, como regla general, la resistencia estructural de un pilote de fricción cargado axialmente no gobierna su proyecto. Si un pilote de fricción tiene lados paralelos, la carga se transmite del pilote al suelo exclusivamente por corte. Si el pilote tiene conicidad, una porción de la carga se transmite por apoyo directo, pero todavía la mayor parte se transmite por corte. Silos pilotes se hincan en arcilla blanda, la fuerza cortante proviene principalmente de adherencia, y la diferencia de capacidad de carga entre los pilotes de costados paralelos y los cónicos es relativamente pequeña. Sin embargo, en los suelos que tienen una resistencia friccionante apreciable, como las arenas, limos y arcillas que contengan aire, el efecto de cuña de un pilote cónico, aumenta la presión lateral y aumenta la resistencia esfuerzo al cortante correspondientemente. Por lo tanto, un pilote cónico puede ser ventajoso en esas circunstancias. Por ejemplo, las cargas ligeras pueden ser soportadas eficientemente en pilotes de madera cortos en arena suelta.

El estudio anterior sirve de base para comprender de manera general, la forma en que los pilotes individuales soportan sus cargas y da alguna indicación con respecto a los tipos más adecuados de pilotes para condiciones específicas.

Fricción Negativa - Cimentaciones.


Si una masa de suelo está sufriendo asentamientos por un proceso de consolidación en desarrollo, sea bajo su propio peso o bajo el peso de un relleno o una sobrecarga, la inserción de pilotes dentro de la masa interfiere con el asentamiento. Al tender el suelo a deslizarse hacia abajo con respecto a los pilotes, ejerce un arrastre conocido como fricción negativa. Puede producirse un arrastre semejante por consolidación, debido al descenso del nivel freático o a otras causas. En algunos casos, las cargas producidas en los pilotes por fricción negativa se aproxima o exceden a las transmitidas por la superestructura.Se trataran los métodos para valuar la fricción negativa y para reducir sus efectos.

Cargas Laterales y Cargas Hacia Arriba en las Cimentaciones de Pilotes.


Muchos tipos de estructuras apoyadas en pilotes están sujetas a cargas laterales aplicadas a una elevación considerablemente mayor que la de la base de la cimentación. Por lo tanto, la cimentación debe resistir no solamente fuerzas laterales sino también momento. Debajo de estructuras como muros de compuertas, muros de sostenimiento, y edificios ordinarios, las cargas hacia abajo en los pilotes, debidas al peso de la estructura son usualmente mayores que las cargas hacia arriba debidas al momento causado por las fuerzas laterales, y no se requiere ningún pilote para resistir la subpresión. Por otra parte, los pilotes situados del lado de sotavento de las torres altas de acero o depósitos para almacenar gas del tipo de pistón, puede considerarse que producen una reacción que contrarresta las fuerzas hacia arriba. Finalmente, puede requerirse que los pilotes resistan la subpresión debida a la flotación de tanques y estructuras semejantes, situadas abajo del nivel freático.

Cuando deben transmitirse cargas laterales sobre una estructura al subsuelo por una cimentación de pilotes, una de las principales decisiones que debe tomar el proyectista es de si deben instalarse o no, algunos pilotes inclinados. Esta decisión requiere una estimación de la capacidad de los pilotes verticales para soportar cargas horizontales. Si el suelo bajo de los cabezales de los pilotes es arena, cualquiera que sea su compacidad relativa, limo o arcilla que tenga un valor de N mayor que 5, es razonable permitir una carga horizontal en la cabeza de cada pilote hasta de 700 kg. En los suelos más compactos o firmes pueden resistirse mayores cargas, pero no debe tomarse la decisión de usar valores más altos sin hacer un estudio cuidadoso de las condiciones del subsuelo y de las necesidades estructurales. En algunas condiciones, puede haber una tendencia a que los suelos en que están embebidos los pilotes se muevan lateralmente bajo la influencia de fuerzas laterales diferentes de las que origina la superestructura. Por ejemplo, el suelo que rodea los pilotes puede estar involucrado en una falla de talud. Si tal tendencia existe, no puede contarse con que los pilotes verticales resistan el movimiento, sino que debe esperarse que se muevan juntos con el suelo que los rodea. Debe entonces atenderse a las causas de la inestabilidad lateral del suelo.

Cuando la carga horizontal por pilote excede de la que puede ser soportada únicamente por pilotes verticales, es necesario usar pilotes inclinados en combinación con los verticales. Son comunes los pilotes inclinados debajo de los muros de contención (fig. 12.1d), en las pilas de puentes, y en los estribos. Se usan también para proporcionar estabilidad lateral en las filas transversales de pilotes, llamadas caballetes, que constituyen los apoyos verticales para los puentes (fig. l2.13.). Si tanto los pilotes verticales como los inclinados, situados debajo de una estructura se apoyan por punta y si todos están hincados hasta el mismo estrato, se supone generalmente que la capacidad axial de cada uno de ellos es la misma. Entonces, se considera que la carga horizontal por pilote inclinado, es la componente horizontal de la carga axial. Si los pilotes son de fricción y de la misma longitud, usualmente se hace la misma suposición.

Figura 12.13  Uso de pilotes inclinados en el caballete de un puente.

La resistencia de los pilotes a la subpresión depende de muchos factores, como el tipo, dimensiones, resistencia a la tensión de los pilotes y las condiciones del subsuelo. Es evidente que solamente la fricción lateral puede ser efectiva para resistir las cargas hacia arriba. En la Parte C se estudiará la resistencia a la subpresión para varias condiciones.

Elección del Tipo de Pilote.


La elección final del tipo de pilote para una obra la dictan las condiciones del subsuelo, las características de hincado de los pilotes, el probable comportamiento de la cimentación, y la economía. Las comparaciones económicas deben basarse en el costo de toda la cimentación y no únicamente en el costo de los pilotes. Por ejemplo, el costo de doce pilotes de madera con 18 toneladas de capacidad cada uno, puede ser menor que el de cuatro pilotes de concreto de 54 toneladas, pero el mayor tamaño del cabezal necesario para transmitir la carga de la columna a los pilotes de madera, puede aumentar el costo de la cimentación con éstos, hasta ser mayor que el de la cimentación con pilotes de concreto.

Transmisión de Esfuerzos durante el Hincado - Pilotes.


Una representación realista de la dinámica del hincado de los pilotes, debe considerar la compleja cadena de eventos iniciada por un sólo golpe del martinete. La energía aplicada por el martinete origina esfuerzos que dependen del tiempo, y desalojamientos en el conjunto pilote- cabeza, en el pilote, y en el terreno que lo rodea. Como la longitud de un pilote es siempre grande, en comparación con su diámetro, éste rio se comporta como una masa concentrada sino, como ya se dijo, en forma más aproximada a una barra elástica, en la que los esfuerzos se mueven longitudinalmente como ondas. Cuando las ondas son de compresión como en la punta de un pilote que se hinca en un material duro, hacen que el pilote penetre en el terreno. Sin embargo, si los esfuerzos de compresión son demasiado grandes, pueden dañar los pilotes. Por otra parte, cuando el suelo en que está la punta es blando y el hincado fácil, la onda de compresión puede reflejarse hacia arriba del extremo del pilote como onda de tensión. Si en algún punto del pilote, esfuerzo de tensión no lo anulan otros de compresión, puede desarrollarse una tensión neta, cuando menos por un instante. El esfuerzo puede ser suficiente para agrietar un pilote de concreto precolado. De esta manera, el comportamiento del pilote con respecto, tanto a su capacidad para penetrar en el suelo, como a su integridad estructural durante el hincado, está íntimamente relacionado a la mecánica de la transmisión de la onda de esfuerzo dentro del pilote. Dependiendo del grado en que la fuerza dinámica desarrollada en la punta durante el hincado, esté relacionada a la capacidad de carga estática del pilote, el conocimiento de esta fuerza es útil para estimar la capacidad estática.
La teoría de la transmisión de ondas en una barra elástica prismática golpeada longitudinalmente con un objeto rígido, se elaboró hace más de un siglo, y se obtuvieron soluciones numericas para varias condiciones de frontera sencillas. Sin embargo, las condiciones se simplificaron tanto con respecto a las complejidades del hincado real, que las soluciones tienen poco valor práctico. La introducción de condiciones más realistas fue posible solamente con el desarrollo de modelos teóricos adecuados y la computación electrónica.

De acuerdo con la teoría del impacto longitudinal de una barra prismática elástica, las ondas de esfuerzo se mueven axial mente con una velocidad de: 


donde E es el módulo de elasticidad y p la densidad del material de la barra. La densidad se define como: 



donde γp es el peso específico del material que constituye la barra y g es la aceleración del campo gravitacional. La velocidad c de la onda de esfuerzo no debe confundirse con la velocidad y a la que un punto particular de la barra se mueve en realidad. La primera, conocida como velocidad de propagación longitudinal de la onda, misma que algunas veces se llama velocidad sísmica, es una constante para un material sólido elástico, dado. Durante el paso de una sola onda, el esfuerzo longitudinal directo en la barra en cualquier punto, está relacionado a la velocidad de la partícula en ese punto por la sencilla expresión: 


La fuerza transmitida a través de una sección de la barra es entonces: 


Como y es función de posición y tiempo, P y p son de la misma manera funciones de estas cantidades. La facultad de la barra para transmitir fuerza longitudinal se mide por el producto pcA, que se designa como impedancia del pilote.

La capacidad de un pilote a una profundidad dada, es la fuerza que puede ejercerse por el suelo que lo rodea contra un desalojamiento hacia abajo. Tiene que haberse transmitido cuando menos esta fuerza al suelo por el pilote durante el hincado, para que la punta penetre a una posición dada durante el último golpe del martinete. En particular, debe haberse transmitido suficiente fuerza al pilote para vencer las resistencias laterales y de punta. Inversamente, no importa cuanta energía pueda aplicarse a la cabeza del pilote, la fuerza que puede transmitirse a través del pilote hacia abajo está limitada por la impedancia.
Como la impedancia pcA determina la fuerza máxima que puede transmitirse, a lo largo del pilote mientras el material permanezca elástico, es, por lo tanto, una medida de la posibilidad del pilote para desarrollar la capacidad requerida como consecuencia de estar hincado en el terreno. Si se aumenta la impedancia del pilote, el potencial para obtener una mayor capacidad con un martillo determinado también aumenta, siempre que el pilote no tenga dimensiones tan desusadamente grandes con respecto al martillo, que su acción se parezca a la de una masa grande en vez de una barra.

En la Tabla 12.3, se da una lista de las magnitudes relativas de la impedancia para varias secciones comunes de pilotes. En esta lista puede verse que pilotes con las mismas dimensiones exteriores, pero de materiales diferentes tienen impedancias muy diversas. Por ejemplo, los pilotes de 25.4 cm de diámetro o ancho pueden ordenarse según sus impedancias crecientes con respecto a la madera, como sigue: madera (1.0); tubo de acero con paredes de 7.1 mm (1.9); tubo de acero con pared de 9.28 mm (2.3); concreto (3.1); HP10 X 57 (3.3); tubo lleno de concreto con pared de 7.1 mm (4.6). Las propiedades que tienden a aumentar la impedancia son el aumento de densidad, el mayor módulo de elasticidad, y la mayor área de la sección transversal. Para un material dado, la impedancia depende solamente del área. La influencia del relleno de concreto en el pilotQ de tubo es notable.

La fuerza realmente desarrollada en la punta del pilote depende, no solamente de pcA sino también de la energía que pueda obtenerse del martinete y de muchos otros factores, incluyendo la naturaleza del impulso aplicado por el martillo, las características de transmisión de esfuerzo de los amortiguadores y del conjunto pilote- cabeza, el patrón general de distribución de la resistencia ejercida por el suelo a lo largo del pilote y la proporción de resistencia total desarrollada a lo largo del fuste del pilote, en comparación con la de la punta.

Los martinetes difieren mucho en la manera en que aplican la energía al yunque o al amortiguador del martinete. Los martinetes diesel ejercen fuerzas de duración grande, en comparación con las ejercidas por los de vapor. La energía total realmente transmitida por un martinete, puede determinarse mejor haciendo medidas continuas de la velocidad del martillo al aproximarse al pilote y cuando invierte la dirección, y sube nuevamente. Estas medidas han demostrado que la eficiencia de los martinetes bien conservados tiene poca relación con los factores de eficiencia dados por los fabricantes y que las eficiencias de los que reciben un mal mantenimiento o se operan incorrectamente pueden ser extremadamente bajas. 




Tabla 12.3 Características para la transmisión de Esfuerzos de Pilotes Típicos.


Los bloques amortiguadores de los pilotes pueden describirse como blandos o duros. Para un martinete y pilote dados, la onda de esfuerzo inducida si el amortiguador es blando, es más larga y su esfuerzo máximo es menor que si el amortiguador es duro. Los esfuerzos menores alargan la vida del martinete y dañan menos al pilote. Sin embargo, si la fuerza máxima generada con el amortiguador blando no es suficiente para producir la capacidad máxima deseada en el pilote, puede ser necesario un amortiguador más duro.

Los amortiguadores del martinete y del pilote pueden considerarse como resortes que tienen un módulo igual a su rigidez como columna AE/L, donde A y L son respectivamente el área de la sección transversal y la altura del amortiguador, y E es el módulo de elasticidad del material. Tanto las dimensiones como el módulo de elasticidad son importantes para determinar el módulo del resorte. Relativamente pocos materiales se han encontrado convenientes como amortiguadores. Para amortiguadores blandos, la madera y el asbesto son los más comunes. Los amortiguadores duros, usualmente consisten en discos alternados de aluminio y de micarta, aunque ya se han producido y usado otros materiales semejantes a la micarta. Estos materiales pueden ser baratos o poseer larga vida en relación a su costo. Otros materiales, como la viruta de madera o los cables de acero enrollados, se utilizan frecuentemente, pero no son convenientes, ya que sus propiedades no pueden controlarse. Como los amortiguadores absorben mucha energía, no es raro que los de madera lleguen a arder.

La experiencia indica que hay amortiguadores blandos y duros, pero sólo deberán usarse aquellos que tengan características conocidas. La falta de control en los materiales de amortiguación, da lugar a que se utilicen subterfugios en cierto grado. De acuerdo con las fórmulas dinámicas, una pequeña penetración corresponde a una capacidad de carga elevada; de esta manera, un pilote inadecuado puede, manipulando los materiales amortiguadores, parecer como aceptable a un inspector desprevenido.

Para los mejores resultados, debe elegir- se el tipo y dimensiones del bloque amortiguador y las características del martinete, de manera que satisfagan dos puntos de vista: Ç1) asegurar que se desarrolle en el pilote una fuerza máxima de hincado, cuando menos igual a la capacidad de carga máxima deseada para el pilote en cuestión, sin sujetarlo a esfuerzos excesivos y, (2) transmitir al pilote la mayor cantidad de energía disponible en el martinete. El segundo requisito conduce a la economía en el hincado; que algunas veces tiene que sacrificarse en beneficio del primero. El significado de los requisitos se ilustra en la flg. 12.9, que se refiere a pilotes largos hincados con martinetes Vulcan de acción sencilla funcionando con una eficiencia de 75 Por ciento. Si se necesita una capacidad de carga máxima de 360 toneladas, es evidente que sería necesario un pilote con una impedancia mínima de 1140 kg seg/cm; que se necesitaría el martinete 010 si se va a elegir esa impedancia, y que un amortiguador de aluminio y micarta seria efectivo, mientras que la capacidad no podría obtenerse, ni remotamente, con el amortiguador de triplay de pino, más blando. Se podría usar un martinete más ligero, si la impedancia del pilote se aumentara. Por otra parte, si se necesitara una capacidad máxima de solamente 45 toneladas, podría hincarse un pilote con una impedancia mucho menor y un amortiguador más blando sería más eficiente para transmitir la energía. La figura es estrictamente aplicable, solamente si los esfuerzos en la cabeza del pilote no se modifican por las ondas reflejadas durante el periodo de impacto. En los pilotes cortos no es probable que pueda satisfacerse esta condición y es necesario hacer análisis mas complejos; los pilotes cortos pueden hincarse frecuentemente a las capacidades requeridas con martinetes algo más pequeños que los indicados en la fig. 12.9, a causa de los reflejos de compresión en la punta del pilote. En la figura también se supone implícitamente que el pilote es estructuralmente capaz de soportar los esfuerzos de hincado. 

Figura 12.9. Relación entre la fuerza mxma de hincado y la impedancia del pilote pcA para martinees Vucan de acción sencilla de varias energías, y para bloques amortiguadores duros (de aluminio-micarta) y blandos (de triplay de pino). Las condiciones asociadas a la máxima (ransrnisión de energía de hincado del martillo al pilote están indicadas por las 2írcas sombreadas (según Parola, 1970). 


Figura 12.10. Pilote real a) y modelo mecánico ideal b) considerado como base para el análisis dinámico del hincado de pilotes (según Davison, 1970). 


Las propiedades del suelo juegan también un papel decisivo en el comportamiento del pilote durante el hincado. Además de la naturaleza de la resistencia de la punta, que se estudió en los párrafos anteriores, las fuerzas de fricción en el fuste pueden también tener efectos importantes. Su distribución desde la cabeza a la punta del pilote, y las magnitudes relativas de esa resistencia lateral y de la de punta, se han determinado con medidas en muy pocos casos. Los resultados sugieren que cuando menos puede hacerse una tosca aproximación, basándose en los sondeos y pruebas de suelos.

Los factores anteriores que influyen en los esfuerzos desarrollados en un pilote bajo las condiciones reales de hincado pueden tomarse razonablemente, pero en forma aproximada en un modelo teórico (fig. 12.10), por medio del cual el análisis de onda se ha extendido, de casos idealizados a los que interesan en la práctica. Se supone que el pilote esta compuesto de una serie de elementos, cada uno de peso Wn, conectados por resortes con rigideces K asociadas a las propiedades elásticas del material del pilote. Las resistencias en el fuste del pilote, que amortiguan las vibraciones, se suponen de naturaleza viscoelástica, con una constante de resorte K’ representativa de las características del suelo. La resistencia en la punta está también representada por un elemento viscoelástico. Los pesos y rigideces del martillo y del cabezote para hincar, y las propiedades de los bloques amortigua dores están representados por elementos adecuados.

Para investigar un problema específico, debe introducirse la velocidad del martillo en el impacto, así como los valores numéricos de todos los pesos, rigideces, factores de amortiguamiento, y resistencias. Sin embargo, usualmente no es necesario asignar valores numéricos específicos a la resistencia de punta y a la resistencia lateral por fricción. Si es necesario estimar la fracción de la resistencia total del pilote que va a desarrollar la punta y suponer la ley en que la resistencia latera! está distribuida a lo largo del pilote. Los resultados del cálculo para un pilote dado en las condiciones particulares de un suelo, hincado con un martinete especificado, pueden expresarse en la misma forma que los obtenidos con las fórmulas dinámicas ordinarias
Es decir, puede dibujarse la resistencia estática máxima como función de la resistencia a la penetración en golpes por centímetro. Puede también calcularse una segunda cantidad de importancia, el esfuerzo máximo en el pilote, como función de la resistencia a la penetración.

Los resultados del cálculo se muestran en la fig. 12.11 para un pilote de tubo de acero de 45.7 cm de diámetro y paredes con un espesor de 9.53 mm. El pilote tiene una longitud de 22.86 m, pero está embebido solo 10.67 m, pues parte de su fuste queda en agua, por tratarse de un pilote de un muelle. Se supone que el 50 por ciento de la resistencia del pilote lo da la punta y el resto es fricción lateral, distribuida uniformemente a lo largo del pilote. Se supone además, que el pilote se hinca con un martinete Vulcan No. 1, funcionando con una eficiencia de 70%. Se usa un bloque amortiguador formado por discos de aluminio alternados con discos de micarta.

Figura 12.11. Curva de resistencia en el análisis dinámico de un pilote de tubo de acero aplicando la ecuación de onda. Se supone que la reacción del sucio es el 50 por ciento en la punta y 50 por ciento por fricción lateral distribuida uniformemente a lo largo de 11 .5 m de longitud embebida. El pilote fue hincado con un martinete Vulcan No. 1 funcionando el 70 por ciento de eficiencia, con un bloque amortiguador de aluminio y micarta. 















La curva de línea llena de la fig. 12 11, representa la resistencia máxima como funCiÓn de los golpes por centímetro durante el hincado. La curva se aplica estrictamente sólo a la longitud específica e hincado dentro del terreno para el que se hizo el cálculo, pero los resultados son relativamente insensibles a los cambios de longitud y solamente se introducen pequeños errores cuando ésta cambia sustancialmente. Suponiendo que la resistencia dinámica al hincado este relacionada a la resistencia estática, la curva representa la capacidad máxima del pilote si se hinca a una resistencia a la penetración dada. Por ejemplo, a 4 golpes por cm, la resistencia máxima indicada es de 136 toneladas.

Si se hace una prueba de carga en el pilote, y la teoría es correcta, y si la resistencia estática está correctamente relacionada a la dinámica, la prueba de carga debe corresponder a la carga calculada de 136 toneladas. En algunos tipos de terreno existe la tendencia a aumentar la capacidad de carga después del hincado. Este fenómeno se conoce como endurecimiento,’ su efecto puede aumentar la capacidad, como se muestra en la figura. Por otra parte, en algunos materiales ocurre relajación de esfuerzos y la capacidad disminuye después del hincado. El que se produzca endurecimiento o relajación es importante para el proyecto y puede investigarse por medio de un cálculo, como el indicado en la fig. 12.11, junto con los resultados de una prueba de carga (art. 12.4). Cuando se ha determinado de esta manera la magnitud del endurecimiento o de la relajación, la información puede usarse para modificar los cálculos que pudieran efectuarse para pilotes de otras dimensiones, de otros materiales, o con diferentes condiciones de hincado en el lugar.

Durante el hincado es probable que la resistencia lateral del pilote sea mínima, debido a la alteración continuada. Sin embargo, en general, no es igual a cero. La resistencia lateral durante el hincado, más el endurecimiento subsecuente, constituyen la fricción total en un pilote individual, siempre que la resistencia estática de la punta no haya cambiado. No es raro, que la resistencia en la punta durante el hincado exceda a la que se desarrolla después. Si la relajación disminuye la resistencia en la punta, el aumento de carga atribuido al endurecimiento en la fig. 12.11, es la diferencia entre el aumento en resistencia lateral y la disminución de la resistencia en la punta después del hincado. De esta manera, endurecimiento y fricción en el fuste no son sinónimos; el endurecimiento puede ser una combinación de cambios en la fricción y en la resistencia en la punta.

El cálculo de la Fig. 12.11, demuestra también, que para cualquier resistencia de hincado, el esfuerzo en el pilote es del orden de 1550 kg/cm2, valor que es muy inferior al punto de fluencia del material. Por lo tanto, en este caso, el hincado no debe dañar al pilote.

Además, el significado de la ecuación de onda para el proyectista puede recalcarse como se hace en la figura 12.12. En este diagrama se dan los resultados de los cálculos para un pilote cilíndrico de tubo de 21.91 cm y paredes con espesor de 6.35 mm. El pilote atraviesa un estrato de 32.61 m, de arcilla de consistencia media a firme, subyacida por arena. Tuvo una longitud de 33.53 m. Se hincó con el extremo cerrado a una resistencia de 2 golpes por cm con un martinete Vulcan 06 y un bloque amortiguador de madera. De acuerdo con las especificaciones para la obra, el pilote ha de soportar una carga de proyecto de 45 toneladas y debería de probarse para demostrar una capacidad máxima de 90 toneladas. La prueba de carga fallé realmente a 72.57 toneladas. De acuerdo con el análisis de onda, el pilote a una resistencia de 2 golpes por cm, hubiera tenido una capacidad de aproximadamente 63.5 toneladas. Los resultados de la prueba de carga sugieren que ocurrió una pequeña cantidad de endurecimiento. Sin embargo, la falla del pilote en la prueba de carga podría haberse previsto y, de acuerdo con la ecuación de onda, podría haberse esperado. Además, la forma de la curva de la fig. 12.12 indicaba, sin duda, que la prueba de carga para 90 toneladas no podría haberse obtenido para el pilote, martinete, y amortiguador dados, sin importar lo elevado de la resistencia con que el pilote se hubiera hincado. La dinámica del problema era tal, que la energía aplicada por el martinete no podía transmitirse a través del pilote para desarrollar suficientes fuerzas de resistencia a lo largo de su fuste y en la punta, como para satisfacer los requisitos de la prueba de carga. Disponiendo de la ecuación de onda y de métodos de cálculo rápido, el proyectista está capacitado y, por lo tanto, tiene la obligación de comprobar si los requisitos propuestos son compatibles con el tipo de pilote y otras condiciones que puedan haberse especificado.

Los estudios con la ecuación de onda demuestran claramente que, excepto por la influencia del endurecimiento y la relajación, el que un pilote particular alcance una capacidad especificada, en un suelo dado, depende parcialmente de la impedancia del pilote y parcialmente del éxito con que el pilote, amortiguador, y martinete se coordinen. El sistema debe transmitir con eficacia la energía de hincado a la punta, y también debe mantener los esfuerzos de hincado dentro de los limites de seguridad, con respecto a la falla o rotura del pilote.

Figura 12.12. Resultado del análisis dinámico de un pilote, que indica la imposibilidad de obtener una capacidad máxima de 90 tons por medio del martillo y bloque amortiguador elegidos.

Para una combinación particular de pilote, martinete, y amortiguamiento, la relación entre la resistencia máxima al hincado o capacidad, y los golpes por centímetro de penetración, representada por los diagramas de resistencia (figs. 12.11 y 12.12), es prácticamente independiente de las condiciones del suelo, ya que la única influencia del perfil del suelo se refleja en efectos menores de amortiguamiento y en la relación de la resistencia de la punta a la lateral. Las condiciones del suelo, por otra parte, son de principal importancia para determinar la penetración real del pilote por golpe y están así, implícitamente contenidas en el registro del hincado del pilote. Si la penetración por golpe no es tan pequeña como la que corresponde a la capacidad requerida, las condiciones del suelo no son adecuadas para soportar al pilote tal como se está hincando. Es evidente que el pilote representado en la fig. 12.12 no estaba suficientemente embebido en la arena como para desarrollar la capacidad requerida. Un pilote de las mismas dimensiones externas, pero de mayor impedancia hubiera penetrado algo más profundo con el mismo martillo para alcanzar el mismo número de golpes por centímetro, y su diagrama de resistencia habría indicado una capacidad mayor. En realidad, el pilote se rehincó con éxito a la capacidad necesaria, después de haberlo llenado de concreto.

La influencia del endurecimiento y la relajación debe investigarse experimentalmente, comparando los resultados de los análisis de onda con las pruebas de carga en el campo (art. 12.4). También puede obtenerse información, volviendo a un pilote hincado después de varios días y determinando el aumento o la disminución de los golpes por cm, necesarios para empezar a mover el pilote con el mismo martinete y conjunto de hincado. Sin embargo, el procedimiento puede resultar engañoso, debido a que los primeros golpes de un martinete en el que la comparación debe basarse, es probable que se realicen con eficiencias en el martinete muy inferiores a la normal. Esta fuente de error puede evitarse calentando el martinete, hincando un pilote adyacente y volviendo a colocar inmediatamente el martinete sobre el pilote de prueba; la interrupción del uso del martinete debe ser tan breve como sea posible. Los pilotes que penetran sólo parcialmente a través de depósitos profundos blandos pueden desarrollar poca resistencia dinámica. La mayor parte de su capacidad puede ser finalmente consecuencia del endurecimiento. Bajo estas circunstancias, que se estudiarán en la Parte C, las estimaciones de la capacidad se basan usualmente encálculos más bien estáticos que dinámicos, completados con pruebas de carga.

Fórmulas Dinámicas - Hincha de Pilotes.


 Parece obvio que a la mayor resistencia de un pilote al hincado, corresponde la mayor capacidad del pilote para soportar carga. Tomando como punto de partida este aparente axioma, muchos ingenieros han concluido que setía posible calcular la capacidad de un pilote, conociendo la energía aplicada por el martillo y la penetración del pilote con cada golpe del martinete. Las expresiones resultantes para la capacidad de carga se conocen como fórmulas dinámicas. Su variedad y número sólo se iguala a sus inconvenientes.

Todas las fórmulas dinámicas comunes para los pilotes, igualan la energía aplicada por el martillo al trabajo hecho por el pilote, al penetrar su punta una distancia s contra una resistencia R, con varios márgenes para las pérdidas de energía asociadas al procedimiento. Los aspectos del fenómeno de transmisión de esfuerzos que dependen del tiempo se ignoran; y como se demostrará en la siguiente subsección, éstos son de importancia fundamental. Por ejemplo, en la fórmula del Engineering News, todas las pérdidas de energía asociadas a cada golpe de un martinete de vapor de acción simple, se supone que son equivalentes al trabajo que habría hecho con una penetración de 0.25 cm contra la resistencia R. Todo el trabajo efectuado durante la penetración útil s y la penetración que se supone perdida, es: 






donde WH es el peso del martillo expresado en las mismas unidades que R, y s está en cm. Si H se expresa en metros, y si se supone un factor de seguridad de 6, la resistencia en condiciones de trabajo es: 



Para otros martinetes de vapor que no sean los de acción sencilla, el numerador se reemplaza por 2E, donde E es la energía del martillo por golpe.

Debido a su sencillez, la fórmula del Engineering News (ec. 12.1) se ha usado ampliamente, pero las comparaciones estadísticas con los resultados de las pruebas de carga en pilotes hincados, han demostrado que existe tan mala correlación y tan amplia dispersión, que el uso de la formula no puede ya justificarse.

Las comparaciones entre las capacidades medidas y las calculadas, han demostrado que unas cuantas de las muchas fórmulas dinámicas son estadísticamente superiores a las otras. Sin embargo, aun esas fórmulas son fundamentalmente irracionales, porque no consideran los aspectos de los fenómenos dinámicos que dependen del tiempo. Por lo tanto, excepto cuando se disponga de correlaciones empíricas bien comprobadas, basadas en condiciones físicas y geológicas específicas, el uso de formulas, aparentemente mejores que la del Engineering News tampoco se justifica.
Las fórmulas dinámicas para pilotes han permanecido en boga en la ingeniería de cimentaciones durante muchas décadas, debido a su gran comodidad. Si el ingeniero, basándose en información escasa respecto a las condiciones del subsuelo, llega a la conclusión de que es necesaria una cimentación de pilotes, y obtiene una carga de trabajo razonable que pueda asignarse a los mismos, pudiera proseguir en ocasiones con el proyecto del resto de la estructura, tomando muy poco en cuenta los detalles de la cimentación. Necesitaría solamente especificar que la capacidad requerida puede obtenerse hincando los pilotes a la resistencia determinada para esa capacidad por cualquier fórmula dinámica que elija. La responsabilidad de la ejecución de la cimentación se transmitiría así al contratista del hincado de los pilotes. Desafortunadamente, algunos de los errores, aun de las mejores fórmulas usadas en la actualidad, pueden, bajo ciertas condiciones, ser grandes y engañosos. Por ejemplo, la mayor parte de las fórmulas más complejas indicarían, que aumentando el peso del pilote con respecto al martillo del martinete, se disminuiría la capacidad correspondiente a la resistencia de hincado dada; en realidad, con frecuencia se observa el efecto contrario.

La mayor parte de los defectos de las fórmulas dinámicas, pueden eliminarse por medio de un análisis más realista de la dinámica del hincado, en el que se considera que el pilote es una barra elástica larga, sujeta a ondas transitorias de esfuerzo, originadas por el impacto del martillo. Las implicaciones de este enfoque se consideran en la siguiente sección, aunque la información detallada necesaria para la aplicación de rutina a problemas específicos de proyecto está todavía en estudio.

La validez de cualquier análisis dinámico depende en parte de la suposición de que R, la resistencia dinámica a la penetración, es igual, o cuando menos está relacionada, a la capacidad estática del pilote después de hincado. En los suelos finos, blandos y saturados, es probable que Las presiones de poro aumenten durante el hincado e influyan en forma importante en la resistencia a la penetración, mientras que bajo una carga estática de larga duración, dichas presiones se disipan y los esfuerzos efectivos en el suelo, sufren los cambios correspondientes. Bajo estas condiciones, no puede esperarse ninguna correlación entre la resistencia dinámica y la estática. En los suelos que drenan fácilmente, como las arenas medias y compactas, y en las arcillas firmes y duras, las resistencias dinámicas y estáticas, están más estrechamente relacionadas.