La estabilización de arenas y limos valiéndose del drenaje no siempre es factible. Por lo tanto, se han ideado diversos métodos, en la mayor parte de los cuales se inyectan lodos o soluciones en los vacíos del suelo. Estos materiales endurecen el suelo en grados variables y le imparten cohesión. Como llenan parcialmente los vacíos, también reducen la permeabilidad.
En muchas ocasiones, se ha intentado la inyección de lechada de cemento. La experiencia ha demostrado que el método puede producir resultados muy buenos, pero solamente si el suelo es relativamente homogéneo y no está estratificado, y si el tamaño de los granos no es demasiado pequeño. La lechada no penetrará los vacíos de un suelo suelto cuyo diámetro efectivo D10 sea menor que 0.5 mm, o los de un suelo compacto cuyo diámetro efectivo sea menor que 1.5 mm. Por lo tanto, las inyecciones de cemento no son adecuadas para los suelos más finos que las arenas gruesas.
El tamaño de las partículas del cemento, limita la finura de una arena adecuada para la inyección de cemento. Sin embargo, pueden obtenerse suspensiones de arcilla de cualquier finura deseada, quitando las fracciones más gruesas de las arcillas naturales. Esto ha conducido a la realización de intentos de inyectar suelos con lodos de arcilla. En la práctica, se ha encontrado que impide la penetración, la formación de una película filtrante que tapa los huecos. La formación de la película filtrante depende al parecer, en gran manera de los electrólitos que se hallen presentes en el agua subterránea; esta influencia introduce un elemento de gran incertidumbre con respecto a la eficacia del procedimiento. En realidad, parece que los materiales que pueden inyectarse con éxito con lodos de arcilla tienen aproximadamente las mismas características que los que son adecuados para la inyección de cemento. Además, aunque la inyección de arcilla puede reducir mucho la permeabilidad de la arena, no aumenta gran cosa su resistencia.
Se ha practicado mucho la solidificación de suelos inyectándoles sustancias químicas. Un procedimiento común consiste en la inyección de silicato de sodio y cloruro de calcio, que reaccionan en el suelo para formar un aglutinante cohesivo. En una variante de este método, se inyecta una sola solución que contiene un amortiguador que retrasa y controla el tiempo de fraguado. Estos métodos tienen mucho éxito en las arenas limpias relativamente homogéneas con diámetro efectivo mayor que 0.1 mm, pero la eficacia del procedimiento disminuye rápidamente al disminuir el tamaño de los granos o la homogeneidad de la arena. Además, depende mucho de la composición química del agua subterránea.
También se han usado muchos polímeros que se mezclan con catalizadores y retardado res antes de la inyección, y que reaccionan después de un lapso para formar un gel casi impermeable. Antes de la reacción, la viscosidad de la mezcla es solamente el doble de la del agua. Además, al tiempo de la reacción no lo afectan significativamente la composición química del agua subterránea. El tiempo que dura la reacción puede controlarse para que ocurra en pocos segundos en varios minutos; con este control algunas veces es posible estabilizar materiales a través de los cuales el agua pasa con relativa rapidez.
Todos los procedimientos en que se emplean las inyecciones son costosos, y aun bajo condiciones favorables, son inciertos. Aunque se han hecho con éxito muchas aplicaciones, muchos otros intentos han resultado fracasos decepcionantes. Por lo tanto, las estabilizaciones de este tipo deben considerarse solamente en circunstancias excepcionales, donde el riesgo de un fracaso se compense, en vista de los posibles beneficios de una aplicación exitosa. En cualquier caso, la inyección no debe tomarse como una cuestión de rutina y no debe emprenderse sin el asesoramiento de especialistas competentes y experimentados.
Si el coeficiente de permeabilidad del suelo está comprendido entre 10^-4 y 10^-6 cm/seg, no resultaría satisfactorio ningún procedimiento de inyección. En estos suelos, la estabilización puede efectuarse por electro-ósmosis, que es un método eléctrico para crear presiones de filtración y producir consolidación. Se requieren estudios cuidadosos para determinar la probabilidad de éxito y estimar la energía requerida.
En algunos casos, se han impermeabilizado y estabilizado los suelos congelando el agua contenida en los vacíos. El método se ha usado con mayor frecuencia en la perforación de tiros o de túneles, pero también se ha empleado con éxito en la estabilización temporal de cuando menos un gran deslizamiento de limo. La congelación se efectúa haciendo circular un refrigerante por una serie de tubos dobles introducidos en el suelo que se trata de estabilizar. Cada tubo doble consta de una cubierta exterior dentro de la cual se bombea el líquido frío y de un tubo interior por el cual regresa. Pueden ser necesarias varias semanas o meses para congelar un bloque de suelo que tenga un volumen de unos cuantos cientos de metros cúbicos. El método es costoso debido al tiempo necesario, así como al costo del equipo refrigerante.
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