Significado de los procesos geológicos desde el punto de vista de la ingeniería. El programa de exploración del subsuelo para cualquier cimentación debe ser el adecuado para poder apreciar el carácter esencial del depósito y especialmente sus posibles variaciones de punto a punto. Sin embargo, las limitaciones impuestas por la economía y el tiempo, exigen que no debe hacerse mayor gasto que el necesario para producir los resultados deseados. Este objetivo no puede alcanzarse si el ingeniero no tiene cuando menos un conocimiento rudimentario de la anatomía de las diferentes clases de depósitos. Este conocimiento le ayudará a interpretar la información que se obtiene en el campo y en el laboratorio, y a reconocer la etapa en la que ya no se justifica hacer más gastos para obtener una información mayor.
Las dificultades de los problemas que tiene que resolver el especialista en cimentaciones, aumentan al disminuir la resistencia y aumentar la compresibilidad de los materiales de apoyo y, en los materiales de resistencia y compresibilidad dadas, al aumentar la variabilidad. Por lo tanto, puede decirse, que la roca maciza, aunque fuera posible alterar su estructura por plegamientos, fallas o metamorfismo, generalmente es un material de cimentación satisfactorio. Los aspectos problemáticos de las cimentaciones en roca están asociados usualmente a los defectos como juntas, canales de solución y zonas alteradas por meteorización química o física.
Probablemente, los depósitos más variables son los de origen glacial. En muchas partes del mundo, la topografía es el resultado directo de la acción de los glaciares, que hicieron surcos en los suelos viejos, molieron rocas, y depositaron los materiales en forma aleatoria, parcialmente sobre la tierra y parcialmente sobre el agua. Indirectamente, los sucesos de la edad glacial, influyeron en las condiciones de cimentación mucho más allá de los límites de la misma glaciación. Durante la época glaciar, el clima era más frío y las lluvias mas abundantes que ahora; en consecuencia, había grandes lagos interiores, y el caudal de los ríos era anormalmente grande. Cuando la actividad glaciar era más intensa, gran parte del agua de la tierra estaba en la forma de hielo; por lo tanto, el nivel del mar descendió hasta 90 m. Las fluctuaciones del nivel del mar propiciaron la erosión de los lechos de los ríos cerca de la costa, modificando frecuentemente las líneas de la misma, y condujeron a la formación de depósitos costeros, especialmente en las bahías y estuarios.
Debido a la extraordinaria influencia de los sucesos ocurridos en esas épocas en el trabajo del especialista en cimentaciones, se tratarán en primer lugar los depósitos que resultaron de ellos. Esos depósitos enseñan que el ingeniero no debe suponer uniformidad en las condiciones del subsuelo. Debe conocer el carácter del depósito en cada lugar, con objeto de preveer las condiciones más desfavorables que pueda encontrar.
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